Las bandas armadas amplían su control en el centro de Haití

Centro de desplazados de la escuela Marie-Jeanne en Puerto Príncipe, donde 7000 personas sobreviven en condiciones desesperadas y de hacinamiento, en búsqueda de seguridad ante la violencia armada que persiste en Haití. Imagen: Patrice Noel / Unicef

NACIONES UNIDAS – Tras una serie de brutales enfrentamientos en los municipios de  Mirebalais y Saut d’Eau, en Haití, a finales de marzo, las bandas locales se han apoderado de ambas localidades, lo que ha provocado un aumento de los desplazamientos y la inseguridad.

Esto es indicativo del continuo deterioro de la situación humanitaria en Haití, a medida que estas bandas armadas amplían su control más allá de Puerto Príncipe, la capital.

El 2 de mayo, la presidencia de Estados Unidos emitió un comunicado en el que declaraba a las bandas Viv Ansamn y Gran Grif como organizaciones terroristas, atribuyendo el núcleo de los problemas de Haití a sus actividades.

El secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, también hizo hincapié en las amenazas que estas coaliciones representan para la seguridad nacional haitiana y también la estadounidense.

«El objetivo final (de las bandas) es crear un Estado controlado por las bandas, en el que el tráfico ilícito y otras actividades delictivas operen libremente y aterroricen a los ciudadanos haitianos», afirmó Rubio.

Añadió que «la designación como organización terrorista desempeña un papel fundamental en nuestra lucha contra estos grupos despiadados y es una forma eficaz de reducir el apoyo a sus actividades terroristas».

«Realizar transacciones con miembros de estos grupos conlleva riesgos en relación con las sanciones antiterroristas, no solo para los haitianos, sino también para los residentes permanentes legales y los ciudadanos estadounidenses», advirtió el secretario de Estado.

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) publicó el 29 de abril un informe en el que se detallaban las condiciones actuales en la capital y en el departamento del Centro.

A principios de abril, un ataque provocó la fuga de más de 515 reclusos de una prisión de la localidad de Mirebalais. Unicef afirma que los enfrentamientos en esta región han provocado numerosas muertes de civiles, múltiples saqueos y la destrucción de una comisaría de policía.

El 25 de abril, las fuerzas del orden llevaron a cabo una operación en Mirebalais con la esperanza de recuperar el control del departamento del Centro. Se cree que durante esta operación murieron ocho personas armadas y se incautaron tres armas de fuego. Sin embargo, el operativo no logró eliminar la presencia de las bandas en esta zona.

Además, las autoridades haitianas han señalado un intento de la banda Viv Ansamn de hacerse con el control de la zona de Devarrieux, que limita con el municipio de Lascahobas.

Según Unicef, el aumento de la actividad de las bandas en el departamento del Centro ha complicado las labores de socorro de las organizaciones humanitarias.

Actualmente, las autoridades han prohibido a las organizaciones humanitarias el acceso a algunos tramos de la carretera que conecta Hinche con Mirebalais, Lascahobas y Belladère. Debido a la relativa estabilidad de las condiciones de seguridad entre Hinche y Cange-Boucan-Carré, se ha autorizado la circulación humanitaria entre estas comunas.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ha registrado más de un millón de desplazamientos de civiles desde el estallido de las hostilidades con los grupos delictivos en 2023. En el departamento del Centro, la OIM estima que hay aproximadamente 51 000 desplazados civiles, entre ellos 27 000 niños.

Cifras adicionales de la OIM indican que República Dominicana ha aumentado considerablemente su tasa de deportación de migrantes haitianos. Los dos países comparten la isla caribeña Española, también conocida como Hispaniola.

En las comunas de Belladère y Ouanaminthe, situadas a lo largo de la frontera entre ambos países, se deportaron más de 20 000 migrantes haitianos en abril. Se trata del total mensual más alto registrado este año.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Las organizaciones humanitarias han expresado su preocupación por estas deportaciones debido a la gran vulnerabilidad de estos migrantes.

La OIM informa de que la mayoría de estas poblaciones están compuestas por mujeres, niños y recién nacidos, que se ven afectados de manera desproporcionada por la violencia de las bandas.

«La situación en Haití es cada vez más grave. Cada día, las deportaciones y la violencia de las bandas empeoran una situación ya de por sí frágil», afirmó la directora general de la OIM, Amy Pope.

Estas deportaciones han comprometido los esfuerzos de ayuda, ya que más de 12 500 refugiados haitianos se encuentran dispersos en 95 refugios para desplazados recién establecidos, la mayoría de los cuales carecen de servicios básicos, como acceso a alimentos, agua potable y atención sanitaria.

Debido al aumento de la actividad de los grupos delictivos armados en Mirebalais, la OIM afirma que Belladère ha quedado prácticamente aislada del resto de Haití.

«Se trata de una crisis agravada que se extiende más allá de la capital, con expulsiones transfronterizas y desplazamientos internos que convergen en lugares como Belladère», afirmó Grégoire Goodstein, jefe de misión de la OIM en Haití.

Añadió que «prestar asistencia es cada vez más difícil, ya que los trabajadores humanitarios se encuentran atrapados junto a las personas a las que intentan ayudar».

Además, el sistema sanitario de Haití se ha visto desbordado por el reciente recrudecimiento de la violencia.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el sistema sanitario está especialmente saturado en Puerto Príncipe, donde 42 % de las instalaciones médicas siguen cerradas. Se estima que aproximadamente dos de cada cinco haitianos necesitan urgentemente atención médica.

La violencia sexual también es rampante en Haití. Según cifras de las Naciones Unidas, más de 333 mujeres y niñas han sido víctimas de violencia de género por parte de miembros de bandas, y 96 % de estos casos son violaciones. Además, la trata y el reclutamiento forzoso siguen siendo habituales, especialmente en Puerto Príncipe.

La falta de financiación en múltiples sectores ha dificultado el acceso de las comunidades haitianas a las herramientas que necesitan para sobrevivir.

Mientras, debido a las persistentes barreras estructurales y los tabúes sociales, muchos autores de actos violentos gozan de impunidad.

Además, la cantidad de ayuda humanitaria es insuficiente, ya que los equipos de socorro no cuentan con personal suficiente para hacer frente a la magnitud de las necesidades.

La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) afirma que el Plan de Necesidades Humanitarias y Respuesta para Haití de 2025 está financiado en menos de  7 % de lo presupuestado, ya que solo se han recaudado 61 millones de dólares de los 908 millones necesarios.

La ONU y sus socios instan a los donantes a que contribuyan, ya que la situación sigue deteriorándose.

T: MF / ED: EG

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