Opinión

¿Puede Asia oriental mostrar el camino?

Jomo Kwame Sundaram es exprofesor de economía que fue secretario general adjunto de la ONU para el Desarrollo Económico y recibió el premio Wassily Leontief por promover un pensamiento económico sin fronteras.

Imagen de la 46 cumbre de la Asean, celebrada el 26 y 27 de mayo en Kualalumpur, la capital de Malasia. Imagen: Asean

KUALA LUMPUR –  Con dos quintas partes de la economía mundial, Asia oriental puede inspirar a otros respondiendo de forma creativa al desafío arancelario del presidente de  Estados Unidos, mediante la promoción de una cooperación regional justa, dinámica y pacífica.

No hay ganadores en la guerra económica

El anuncio de Donald Trump sobre los aranceles el 2 de abril, en el Día de la Liberación según lo definió, plantea un desafío común que todos debemos tomar en serio. Descartarlo como una locura o una estupidez por rechazar la sabiduría política convencional es inútil.

Se ha dicho que la política y la economía son una guerra por otros medios. Esta vieja idea ayuda a entender nuestros tiempos. Su anuncio enfatizó que se trata de la dominación mundial, no solo de aranceles.

Jomo Kwame Sundaram
El autor, Jomo Kwame Sundaram

Podría decirse que su primer golpe lo dio cuando Canadá detuvo a la hija del fundador de la compañía china Huawei a instancias de la primera administración Trump (2017-2021). Otros sugieren puntos de partida diferentes.

El presidente Barack Obama (2009-2017) anunció el giro de Estados Unidos hacia Asia para contener a China. El premio Nobel de la Paz 2009 también socavó la capacidad de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para resolver disputas al bloquear los nombramientos del panel de arbitraje.

El enfoque de Trump se denomina transaccional. Presupone juegos de suma cero, en que para que uno gane, otro debe perder, e ignora las soluciones cooperativas en las que todos ganan . Sus implicaciones significan que vivimos en tiempos peligrosos.

Su inclinación por conmocionar y aterrorizar es bien conocida. Como si exigiera una gratificación instantánea, Trump parece desinteresado en el medio plazo, y mucho menos en el largo plazo.

Insiste en las transacciones bilaterales uno a uno, debilitando al otro al rechazar la negociación colectiva. Rechaza los acuerdos plurilaterales y otros acuerdos colectivos, pero acepta la cooperación para compartir los costes. China es diferente, pero excepcionalmente.

La Asean como modelo

La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) no incluía a todos los países de la región cuando se formó en 1967. La fundaron Filipinas, Indomesia, Malasia, Singapur y Tailandia.

Malasia había tenido recientes conflictos con todos los demás miembros fundadores. Indonesia y Filipinas se opusieron a la nueva confederación malasia patrocinada por Reino Unido y establecida en 1963, y en 1965 Singapur se separó de ella.

Al igual que la Unión Europea, la Asean ayudó a resolver los conflictos recientes. Además,  se organizó rápido, incluso antes de que terminaran las guerras de Vietnam, Camboya y Laos en 1975.

Ahora la constituyen 10 países, al sumarse Brunéi, Camboya, Laos, Myanmar y Vietnam.

En 1973, los líderes de la Asean acordaron que el sudeste asiático debía convertirse en una zona de paz, libertad y neutralidad (Zopfan). Pero sus avances han sido desiguales.

Filipinas retiró todas las bases militares estadounidenses antes de finales del siglo XX, pero ahora tiene 11, cuatro de ellas nuevas en el norte, frente a Taiwán.

La Zopfan es especialmente relevante ahora que varias potencias del Norte global tienen presencia militar en el mar de la China Meridional. Peor aún, varios líderes asiáticos han hecho generosas concesiones para eludir problemas legales personales con las autoridades estadounidenses.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

A la 46 cumbre de la Asean, celebrada en Kualalumpur el 26 y 27 de mayo bajo el lema Inclusividad y Sostenibilidad, le seguirá una segunda parte a finales de este año. Dos precedentes de la Asean, establecidos en respuesta a situaciones difíciles anteriores, siguen siendo relevantes.

Bandung

La conferencia de Bandung de 1955, en la que se reunieron los líderes asiáticos y africanos de las naciones emergentes, que dio lugar al nacimiento del Movimiento de Países No Alineados, sigue siendo relevante.

Europa celebró recientemente el 80 aniversario de la derrota de la Alemania nazi. Ahora, rechazando la coexistencia pacífica con su antiguo libertador, Europa insiste en luchar contra Rusia hasta el último ucraniano.

Las intervenciones militares tras la primera Guerra Fría superan ahora en número a las que se produjeron durante la misma. A pesar de su retórica, el Norte global parece desinteresado en la libertad y la neutralidad.

Los expertos occidentales consideraban que el mundo era unipolar después de la década de los 80. Sin embargo, muchos lo ven ahora como multipolar, y la mayoría de los países del Sur global prefieren no alinearse con ninguna potencia mundial en particular.

Las principales potencias occidentales han marginado cada vez más a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), socavando su capacidad para establecer la paz.

Pocos en Occidente, especialmente en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan), siguen comprometidos seriamente con la Carta de las Naciones Unidas, a pesar de sus muchas declaraciones de boquilla.

Pero, siendo realistas, la Asean no puede liderar realmente el establecimiento de la paz internacional. Solo puede ser una voz proactiva y proONU de la razón en favor de la paz, la libertad, la neutralidad, el desarrollo y la cooperación internacional.

Asia Oriental

Mientras tanto, la economía mundial se encuentra estancada, debido principalmente a las políticas occidentales desde 2008. La Asean+3 (que incluye a Japón, Corea del Sur y China) es especialmente relevante ahora con su Asociación Económica Integral Regional  (RCEP, en inglés).

El anterior Acuerdo de Chiang Mai de la Asean+3 respondió a las crisis financieras asiáticas de 1997-98. Tras años de estímulo por parte del noreste asiático, los países de la Asean acordaron pasar de acuerdos bilaterales a acuerdos multilaterales de intercambio.

Mientras tanto, la Zona de Libre Comercio de la Asean (AFTA, en inglés) ha avanzado poco desde su creación hace más de tres décadas.

Más recientemente, los gobiernos de Japón, China y Corea del Sur se reunieron sin la Asean a finales de marzo para prepararse para los aranceles de Trump.

Lamentablemente, los principales líderes de la Asean difícilmente pueden imaginar una cooperación económica regional más allá de otro acuerdo de libre comercio.

Trump ha declarado que quiere rehacer y gobernar el mundo para hacer grande de nuevo a Estados Unidos. Sus aranceles y sus propuestas lanzadas desde su resort de Mar-a-Lago deben considerarse como una llamada de atención largamente esperada que indica que el statu quo ha llegado a su fin.

¿Estará Asia oriental a la altura del desafío y irá más allá de las medidas defensivas para ofrecer una alternativa para las economías y los pueblos de la región, si no más allá?

El sistema multilateral liderado por las Naciones Unidas sigue sirviendo en gran medida a los intereses de Estados Unidos, pero no lo suficiente para Trump. Por ello, Estados Unidos sigue invocando el lenguaje multilateral de manera interesada, por ejemplo, al afirmar que sus aranceles unilaterales son recíprocos .

Ante todo ello y a pesar de su flagrante desprecio hacia ellos, es poco probable que Trump se retire de todas las organizaciones y acuerdos multilaterales, especialmente de aquellos que le benefician.

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